jueves, 20 de diciembre de 2012

Desafío Fortalezas-Ronda 2013: sensaciones.

Acabo de regresar de Sevilla, donde ayer por la mañana disputé un cross de 11 km que se me hizo durísimo casi desde la segunda vuelta de las cinco de que constaba la prueba. Para mí, lo malo del cross es que siempre voy con malas sensaciones desde la primera cuesta, y tengo que correr a la vez que libro un combate psicológico interno. Y luego me pongo a calcular tiempo y distancia, y resulta que no iba tan mal como pensaba, y que, a pesar de todo, he sido capaz de mantener un ritmo por vuelta constante. No aprendo...

Por ello, creo que es importante saber que las sensaciones son sólo eso, sensaciones, que vienen y se van. A veces te acompañan un par de kilómetros, a veces en las pruebas largas un par de horas. Así que hay que intentar no hacerles mucho caso, tanto para lo bueno como para lo malo. En ambos casos, nos suelen engañar sobre nuestras prestaciones reales.

El viaje a Sevilla me ha servido para compartir muy buenos momentos con grandes deportistas y mejores amigos. Personas que compaginan su trabajo con la práctica deportiva diaria, alcanzando unas cotas que envidio de la manera más sana. Gente con mucha calidad, obtenida toda ella a base de dedicación y esfuerzo. Ahí estaban Juanmi y Josito, dos finishers de la Marathon des Sables del pasado año, Doro, un pedazo de atleta de vocación tardía que ahora se codea con los mejores en cualquier distancia, o Juanjo, un ejemplo para todos por su humildad y su buen hacer a lo largo de los años, y el compañero de fatigas al que todos querríamos tener (tanto, que al final le convencimos para venir a los 101 km de Ronda), entre otros muchos a los que de momento conozco menos, pero que me acogieron en el grupo como uno más, y con los que seguro tendré la ocasión de compartir muchas reflexiones y sensaciones a lo largo de los próximos meses de entrenamiento de cara a la Ruta de las Fortalezas y Ronda. 

Por supuesto, no pudimos evitar hablar del tema: entrenamientos, estrategias de carreras, avituallamientos, ritmos, expectativas, inquietudes,...El bueno de Juanjo confesó que soñó con la prueba la misma noche que le convencimos, y que tenía la sensación de no haber descansado nada. Y es que enfrentarse a un reto de tales magnitudes no es poca cosa, y uno sabe que después de las charlas y las risas vendrán horas y horas de duro entrenamiento, a veces en buena compañía, la mayoría de las veces en solitario. Finalmente, cada uno tendrá que enfrentarse a sus miedos el día de la carrera, al temor a lo desconocido, al dolor físico y psicológico, a las dudas, al paso de los kilómetros, al cansancio,...En cualquier caso, me da la sensación de que en esta edición, con tantos amigos corriendo, todo será un poco más llevadero.

En definitiva, ha sido una semana muy productiva, tanto en lo deportivo como en lo personal. Por meras razones de separación geográfica, en esta ocasión no podré pasar por las manos de Jose, de Fisioizquierdo. A estas horas, mi cadera derecha lo necesitaría enormemente. Estiraré bien (esta semana sí, Jose, no me queda otro remedio), e intentaré soltar muscularmente lo antes posible, que entre la prueba de ayer y las seis horas de coche de hoy estoy un poco entumecido, y a ver si de aquí a unos días me procuro un buen masaje de descarga. ¡Qué menos!

Queda en el tintero la entrada que os prometía hace dos días: Da igual lo que hagas: ¡CORRE!. Y en breve, también un post con unos cuantos apuntes sobre cómo afrontar los 101 km de Ronda: estrategia, material, avituallamientos, etc... Lo prometido es deuda.

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