jueves, 25 de abril de 2013

Correr con los keniatas: una lectura inspiradora


Hace unas semanas cayó en mis manos el libro "Correr con los keniatas", de Adharanand Finn. Me gusta visitar periódicamente la librería Tahiche, que regenta, desde detrás de montones de libros haciendo equilibrios imposibles entre un desorden sólo aparente, mi amigo Antonio Conesa, en Santiago de la Ribera. A veces busco un libro concreto, otras un rato de charla agradable. En aquella ocasión salía con las manos vacías cuando, desde el escaparate, el libro que nos ocupa llamó poderosamente mi atención. Después de ojearlo brevemente, decidí comprarlo.
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La historia en cuestión gira alrededor de las aventuras del propio autor, un corredor aficionado que trabaja de freelance para la revista Runner's World. Finn nos narra cómo decidió marcharse seis meses a Kenia para intentar desvelar el secreto por el cual los corredores keniatas sobresalen, en las largas distancias, tan poderosamente del resto. A lo largo de este periodo, el autor tiene la posibilidad de conocer las particularidades de la vida de muchos atletas y ex-atletas, salir a entrenar con maratonianos de talla mundial, asistir a algunas de las carreras con más nivel del mundo, como los Campeonatos Nacionales de Cross de Kenia, profundizar en los métodos de entrenamiento de estos deportistas, conocer de primera mano el funcionamiento de los campamentos de entrenamiento más importantes del país, participar en alguna que otra carrera en suelo africano, e ir poco a poco descifrando el complejo entramado que conforma la realidad atlética y social de los mejores corredores del mundo.
Lo cierto es que me resultó una lectura muy atractiva y especialmente inspiradora, que seguro disfrutarán todos aquellos a los que les guste correr. Considero que este libro es una buenísima opción para los días de lluvia, como hoy, o para las próximas tardes de verano. Además, es una fuente de inspiración que, al menos a mí, me ha empujado a querer mejorar como atleta, en un intento de acercarme tímidamente y con unas limitaciones evidentes a los grandes corredores keniatas. ¡Os lo recomiendo!

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