domingo, 7 de abril de 2013

Proyecto 101: en realidad, correr no es algo tan extraordinario


En apenas un par de semanas comenzará la Ruta de las Fortalezas. A pesar de que últimamente todo esto parece haber pasado a un segundo plano, no puedo olvidar que es una prueba importante para mí, principalmente porque me apetece mucho sumar esos 51 kilómetros al Proyecto 101: 1 kilómetro, 1 euro. Mi preparación, después de algunas dudas, parece ir viento en popa, así que espero encontrarme bien y hacer una buena carrera. En cualquier caso, el objetivo fundamental es completar el recorrido en las mejores condiciones posibles, con el deseo de mejorar mi actuación del año anterior.
Hace unos días estuve charlando con una persona que, por su forma de afrontar la vida, me parece sencillamente admirable. Me resulta curioso el hecho de que a ella le parezca que todo esto de correr algunas pruebas a lo largo del año le resulte algo extraordinario. A mí me parece todo lo contrario: lo extraordinario es ver como esa persona afronta las dificultades que le va planteando la vida con una entereza increíble. Al lado de eso, correr es una cuestión puramente física.
Como en la vida, en esto de correr a veces le damos excesiva importancia a cosas que en realidad no la tienen: hacemos de los kilómetros, los ritmos y los tiempos cuestiones capitales, como si eso, al fin y al cabo, fuese lo esencial. Y no lo es. No digo que tener un objetivo o una meta en una u otra carrera no tenga ningún sentido. Simplemente, en ocasiones olvidamos que, en sí mismo, el hecho de correr no es algo tan extraordinario, especialmente cuando lo materializamos en cifras a la postre baladíes.
Creo que correr, si se entiende de la manera adecuada, es aspirar a conocer el interior de uno mismo, dejar una huella especial en lugares vistos desde un prisma bien distinto al habitual, en personas a las que, de otro modo, no conoceríamos de la misma manera. A mí, que estoy al principio de ese largo camino del descubrimiento interno, correr me ha abierto a seres extraordinarios que viven la vida con valentía, franquean sus obstáculos, tropiezan, se levantan, luchan,...
A mí, que intento aprender a hacer todo esto último, correr me enriquece cada día un poco más como ser humano.
Y en realidad no es algo tan extraordinario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario