viernes, 19 de abril de 2013

El día D-1 de la Ruta de las Fortalezas: hay kilómetros de sobra


Ya lo tengo todo prácticamente preparado: dorsal (gracias a los que han hecho los trámites y lo han recogido esta mañana, ahorrándome un viaje extra a Cartagena), camiseta, mallas, zapatillas y calcetines. Me falta hacer la fotocopia del DNI y pegarla en su sitio en el pasaporte y preparar un bote de vaselina y una bebida isotónica para mañana por la mañana, porque desde que salgo de casa hasta que la hora de comienzo pasará casi una hora, y es conveniente estar bien hidratado desde el principio.
923435_10200929223303307_1213853381_n

Hoy me he tomado el día con mucha calma. A media mañana he salido a rodar muy suave (demasiado, para mi gusto, tanto que casi me cuesta un esguince de tobillo, por no estar a lo mío...) con dos grandes deportistas y amigos: Paco Luque, genio y figura del triatlón a nivel nacional, y Alfonso Pellejero, que después de unas vacaciones de algunos años y a costa de sudar lo suyo, está otra vez camino de volver a ser el gran atleta que era hace unos años.
Por lo demás, es una suerte que haya cuartos de final del Masters 1000 de Montecarlo, porque no me ha hecho falta mucho para poner las piernas en alto y pasarme unas cuantas horas en el sofá, intentando no pensar mucho en la prueba de mañana, aunque sin mucho éxito. Volviendo al artículo anterior, en parte es como si ultimase mentalmente los detalles y la estrategia adelantándome a las posibles situaciones para, en la medida de lo posible, centrarme en hacer mi propia carrera.
Eso es, probablemente, el factor más importante a día de hoy: la capacidad que cada uno tenga para centrarse en su propia prueba. En una distancia tan larga es vital no ir por encima de las propias posibilidades, y a buen seguro nos encontraremos con muchos que simplemente vayan a otro ritmo. Parece que no, pero dos o tres segundos más rápido o dos o tres pulsaciones por encima de nuestro ritmo se notarán con el paso de los kilómetros, y no hay por qué: por suerte, tenemos distancia de sobra para exprimir al máximo nuestras capacidades, pero a su tiempo: lo poco que podamos ganar por querer ir rápido de más lo perderemos con creces si reventamos, y al contrario: si guardamos, luego lo agradeceremos. Hay kilómetros para gastarlo todo varias veces.
Así que lo mejor es ir de menos a más, comer y beber bien en todos los avituallamientos y disfrutar de la prueba, que no deja de ser una excelente oportunidad para competir y aprender sobre uno mismo. Kilómetros hay más que de sobra...
Y hablando de kilómetros, ¿todavía no sabéis qué es el Proyecto 101: 1 kilómetro, 1 euro? ¿Por qué no os animáis a tomar parte y sumáis aunque sólo sea uno de los kilómetros que correréis mañana? El de la subida al Calvario, por ejemplo, que da más de sí. Al final, habríamos hecho algo muy grande.
Ahí lo dejo, por si alguno se anima a última hora, junto con mis mejores deseos para todos de cara a mañana. ¡Mucha suerte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario