martes, 19 de marzo de 2013

¿Tienes un perro atleta? ¡Corre con él!

En alguna ocasión he hablado de Danko y de Troy, los dos dálmatas que a menudo me acompañan en mis entrenamientos. Son una compañía excelente, siempre dispuestos los dos a echar a correr en cuanto me ven con las zapatillas puestas, no importa la hora ni la distancia. Para ellos es una actividad estupenda que les ayuda a mantenerse en forma y a quemar toda la energía que acumulan a lo largo de la semana.

Creo que un perro es, aparte de un gran compañero de vida, una excelente fuente de motivación para salir al aire libre a hacer un poco de deporte. Por supuesto, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones para hacer de la carrera junto a él una actividad lo más placentera posible para ambos.

Danko y Troy
Danko y Troy.
Como las personas, los perros han evolucionado hacia un estilo de vida sedentario. Sin embargo, el ejercicio constituye una fuente de salud también para ellos. Hay que decir que no todas las razas son aptas para correr a cualquier ritmo, ni mucho menos en cualquier condición. Las hay genética y morfológicamente más predispuestas a la carrera. Por ejemplo, el ejercicio que necesita un perro de raza grande (tipo mastín o dogo) no tiene nada que ver con el de un labrador, un braco, un dálmata, ni con el de una raza de tamaño más pequeño. Por eso, es conveniente estudiar, aunque sea someramente, las características morfológicas de nuestro perro antes de exigirle de más.

Por otro lado, los principios del entrenamiento y otras cuestiones relacionadas son también aplicables a nuestros fieles compañeros. La progresión, el descanso, la alimentación, la intensidad del ejercicio, la edad del propio animal,...son factores a tener muy en consideración a la hora de echar a correr junto a ellos.

Existen, además, otras circunstancias que a ellos les afectan de una manera distinta, de las que resaltaría, principalmente, la baja tolerancia al ejercicio físico de los perros en condiciones de temperatura relativamente buenas para nosotros, Al contrario que los humanos, los perros no sudan a través de la piel. Sus únicas "vías de escape calorífico" son la lengua y las almohadillas de las patas. Así, les cuesta mucho más enfriar el cuerpo durante el ejercicio que a nosotros debido especialmente a su mecanismo termorregulador. Lamentablemente, ellos no pueden decir "basta", o "me encuentro mal", y harán lo posible por seguir el ritmo de su amo, en ocasiones con fatales consecuencias.

Después de entrenar.
Después de entrenar.
Por ello, es más que aconsejable informarse bien de qué hábitos y condiciones son las más propicias para que la práctica deportiva conjunta hombre-perro llegue a buen fin. Te adelanto algunas de las que considero más importantes:

- Por encima de los 20 grados, limita el tiempo de la carrera. En verano, basta con diez minutos en las horas más frescas del día.

- No le des de comer a tu perro antes de correr.

- Observa cualquier síntoma de lesión y trátalo a través de un buen profesional.

- Si notas un cambio de actitud del animal durante la carrera (se queda rezagado, baja la cabeza, jadea excesivamente,...), disminuye el ritmo o incluso para. Déjale descansar, refréscale un poco y no fuerces la máquina. Mañana será otro día.

Por último, no dejes de agradecerle el esfuerzo de correr a tu lado. Una buena sesión de carrera hará que os compenetréis mejor en otros muchos aspectos del día a día.

¡Y no ensucies! Estate preparado para cualquier contingencia. Por el bien de todos.

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