domingo, 13 de octubre de 2013

Día 162: un salto de calidad

Km recorridos (día/total): 12/1395,1                                  Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/355
 
"Everything that happens in your life is beautiful". Robin Sharma
 
Para ser honesto, cuando me he levantado esta mañana a las seis y media, después de llevar ya un buen rato despierto, no tenía ningunas ganas de competir. Pensaba en lo poco que me apetecía exprimirme un poco más, un rato más, un día más. Después, junto a Alberto, me he puesto en marcha para un corto calentamiento, con manga larga por primera vez desde que llegué a Afganistán, y los preparativos de la carrera de hoy.
 
Estas ocasiones sirven para comprobar la excelente predisposición de la gente: Tabu, Pascual, Ernesto, Carlos, Toni, Lorenzo, Juanlu y muchos otros se han ofrecido a echar una mano muy necesaria para la organización de la prueba. Lo cierto es que ha sido una gran satisfacción ver cómo se han animado a correr más de ciento cincuenta personas, cada cual con su íntima motivación.También en ese sentido, el doce de octubre ha sido un día festivo.
 
La carrera en sí ha tenido poca historia. Alessandro, un grandísimo atleta italiano y una persona encantadora, ha impuesto su ley y su ritmo desde los primeros metros. Aunque he intentado seguir su estela, en esta ocasión me ha resultado imposible estar a su altura y, desde el kilómetro dos, cuando muy a mi pesar he tenido que desistir en el empeño, hasta el final de los cuatro kilómetros cuatrocientos metros, los segundos a su favor han ido aumentando al compás de sus zancadas.
 
No cabe duda de que Sandro ha sido el digno y justo vencedor de una prueba rapidísima. Le felicito sinceramente por ello, y me alegro muchísimo también de coincidir con él en este último tramo de la misión, pues su ejemplo me motiva a continuar mejorando de cara al futuro. A decir verdad, he disfrutado mucho más con los cinco kilómetros y pico que hemos corrido Alberto y yo después de la carrera. Me han servido para relajarme un poco y soltar las piernas. Lo cierto es que habría seguido corriendo un rato más sin ningún problema.
 
El resto del día me ha invadido una sensación de tranquilidad y cansancio a partes iguales. Hoy he dado un paso más en nuestro camino de vuelta a casa. Voy tachando días y eventos especiales que hasta hace un tiempo se antojaban verdaderamente lejanos. Se va intuyendo el final, y en algunos aspectos me da mucha pena, porque sé que echaré de menos a mucha de la gente con la que he compartido todos estos meses. Mentiría, no obstante, si no dijese que, aún a pesar de ello, tengo muchísimas ganas de volver a casa.
 
Hace un rato he comenzado a mirar por internet zapatillas de clavos. Cuando regrese quiero incluir el entrenamiento en pista al menos una vez por semana, a ver si así consigo mejorar un poco mi velocidad de carrera. Además de ello, creo que será divertido a la vez que duro probar la competición en esa superficie. Es a lo que me refería cuando hablaba de la gente, como Alessandro, que me motiva a mejorar: a pesar de pasarlo mal durante la carrera, en cuanto pasan unas horas estoy pensando en qué hacer para poder dar un salto de calidad la vez siguiente.
 
Atrás queda un día especial en muchos sentidos. Todo lo que pasa en nuestra vida es lindo en algún sentido. Todo lo de hoy lo ha sido. Tal vez tenga que ver con las nubes que lo cubrieron todo después de comer. Después de tantos meses, el cielo se volvió gris. Ahora sólo falta que llueva. Todo se andará...

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