miércoles, 23 de octubre de 2013

Día 173: reencuentros

Km recorridos (día/total): 10,4/1515,9                              Vueltas dadas al perímetro (día/total): 2/378
 
Tenía ya ganas, desde hace unos días, de dedicarle unas líneas a una persona a la que no conozco, pero que sospecho debe ser realmente especial. Sé de primera mano que esta persona lee el blog puntualmente, lo cual me hace especial ilusión, sobretodo cuando uno de mis amigos y compañeros de misión, tío espectacular donde los haya, elegante, agradable y pilar básico, por su calidad humana, de este grupo con el cual navego, me comenta que su madre, que es la persona a la que me refiero, el día anterior se quedo un tanto preocupada, o emocionada otro día, o encantada, llegado el caso, al leer determinada entrada.
 
El otro día me decía este buen amigo que, a los ochenta y tantos, su madre había comenzado a caminar todos los días un ratito, diez, quince, veinte minutos,...tal vez impulsada por las aventuras y desventuras de este humilde corredor afgano y su simplista filosofía atlética.
 
Me emociona el hecho de que alguien, a miles de kilómetros de distancia, haya encontrado en estas líneas la inspiración necesaria para, en cierto modo, romper los esquemas y lanzarse al desafío que siempre supone lo nuevo. Y me emociona aún más compartir con esa persona, a pesar del salto generacional, una motivación diaria que nos lleva a los dos al asfalto, a cada uno a su manera, qué duda cabe. Me atrevo a decir que la esencia es la misma, y es lo que verdaderamente cuenta. Yo no puedo más que sentirme halagado y feliz, a la vez que tremendamente agradecido por todo esto.
 
Tal vez debido a cosas como éstas, hoy he encontrado nuevamente la íntima motivación para levantarme y rodar otros diez kilómetros y pico, primero en compañía de Alberto, quien a pesar de las escasísimas horas de sueño (diremos que su Atleti tuvo la culpa, lo cual no es faltar del todo a la verdad) estaba esperándome a las siete en punto, y luego con Pascual y Tabu, que salieron un poco más tarde y aliviaron la segunda parte de mi carrera, cuando ya Alberto había entrado en boxes.
 
He de decir que, sorprendentemente, mis sensaciones de los últimos dos días han vuelto a ser excelentes. La temperatura, cierto es, acompaña como no lo había hecho durante meses. Dejando a un lado el factor meteorológico, me he reencontrado durante esta semana con la frescura en la zancada que había perdido hacía algún tiempo, debido en gran medida a la cantidad de kilómetros que hemos ido acumulando. Viene ahora la fase de puesta a punto de cara a Valencia, por lo que me reconforta comprobar que no se me ha olvidado disfrutar de la carrera a pie, al menos no como lo he hecho ayer y hoy.
 
Es un alivio para mí volver a tener buenas sensaciones, sin duda, más aún en este último tramo de la misión, cuando todo parece estar estrechamente relacionado. De nuevo mañana intentaré comenzar el día de la misma manera que lo hice hoy. Será jueves, y el fin de semana estará al acecho, un tanto distinto al anterior, con tirada larga el viernes y orientación el domingo. Se acerca el final y las cosas empiezan a experimentarse de una forma distinta, más intensa.
 
Por cierto, ya me he hecho con mis zapatillas de clavos. Esto se acaba...
 
 

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