miércoles, 3 de julio de 2013

Día 61: tácticas de una noche afgana

Km recorridos (día/total): 2,2/330,2                                   Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/143
 
"Se puede regalar el mar enviando el sonido de las olas..."
 
A pesar de que no esté bien decirlo, esta mañana me he quedado en la cama hasta las siete y media, sin ganas de salir a correr antes, también con la intención de descansar un poco ya que, como contaba en las entradas anteriores, empezaba a estar un tanto agotado. Por eso he sido fiel a lo que dije ayer, y me he regalado casi tres cuartos de hora más de sueño. Si hubiese estado cinco minutos más, se me habría hecho tarde para el desayuno.
 
Lo cierto es que, no sé muy bien cuánto tiempo después, hoy he corrido sólo diez minutos, que ya era hora. Hasta me estaba planteando cambiar el nombre del blog, al ritmo que iba. Pero por otro lado, lo de hoy ha sido únicamente un espejismo, y mañana tocará otra vez sumar kilómetros, esta vez en la carrera que celebran los americanos por el cuatro de julio. Lo que es peor, me tocará sumarlos a primerísima hora.
 
Así, la idea es ponerme el despertador a las cinco, para un cuarto de hora más tarde estar dando los primeros pasos, desengrasando un poco las articulaciones y poniendo a tono los músculos. La carrera comienza a las seis en punto, y quiero planteármela desde un punto de vista un poco más conservador que hace un par de semanas, principalmente porque no quiero sufrir tantísimo como entonces.
 
Como confío en que ninguno de mis rivales leerá esto de aquí a mañana (seguramente a posteriori tampoco, para qué engañarnos), confieso que mi táctica será la de aguantarme un poco al principio e ir de menos a más, controlando un poco la cabeza de carrera si es posible, y dejando que los demás corran rápido, si quieren. Yo quiero mantenerme en un segundo plano sin desgastar mucho, al menos hasta el kilómetro tres. En ese punto, si todo va bien y las piernas responden, comenzaría a poner un puntito más, progresivamente, como el que no quiere la cosa, a ver quién aguanta y quién no.
 
Espero saber hacerlo. Al menos, voy mentalizado para no equivocarme de salida. Ya le he dicho a dos o tres compañeros que se peguen a mi rueda, que les voy a llevar bien, sobretodo hasta mitad de prueba. A ver si alguno me hace caso y se viene, porque será divertido luego ponerse a tirar y llevar al grupo progresivamente hasta el máximo. En ese punto, se empiezan a agitar las respiraciones y la gente te empieza a mirar mal. Y yo disfruto.
 
Seguramente, mañana todo esto que escribo a estas horas no sirva para nada, y vendrá alguien con su guión escrito a tratar de imponer su ley. Intentaré ponérselo, en cualquier caso, lo más difícil posible. De momento, voy a empezar por acostarme pronto, que mañana el día promete ser largo. A ver si a mediodía tengo la crónica del cuatro de julio colgada en el blog. Espero que los americanos no tengan, al menos a eso de las seis y veinte, otras cosas que celebrar...
Atardecer en Omaha Beach
Atardecer en la playa de Omaha (¡cuánto echo de menos el sonido del mar!)

No hay comentarios:

Publicar un comentario