miércoles, 31 de julio de 2013

Día 89: 1319 caras

Km recorridos (día/total): 5,2/562,2                                   Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/194
 
Creo que por segunda o tercera vez desde que llegué he conseguido dormir una noche completa sin interrupciones de ningún tipo. Se ve que las dobles sesiones ayudan lo suyo, no sólo a conciliar el sueño, sino a hacerlo de una forma profunda. De hecho, estos dos últimos días me ha faltado tiempo, y minutos antes de sonar el despertador estaba inmerso en un profundo universo producto de la mente, que me resultaría un tanto extraño detallar aquí.
 
Hoy mi sesión de carrera se ha reducido nuevamente, después de dos días doblando, a una vuelta al circuito grande, el de cinco kilómetros y poco, sin pausas intermedias, acostumbrando también al cuerpo, cada vez más, a intervalos más largos de carrera. En ese sentido, habrá que llegar, a finales de septiembre, a entrenamientos de cuatro o cinco grupos de cinco kilómetros ligeramente por debajo del ritmo objetivo para el maratón, controlando además que los pulsos sean los que tienen que ser. Todo se andará, sobretodo si sigo sin ningún contratiempo la dinámica de entrenamientos actual.
 
Desde hace un par de semanas, cuando salí a Herat, esto parece haber entrado en una zona de calma absoluta, sin acontecimientos que le recuerden a uno donde se encuentra, más que el en ocasiones triste (por monótono) devenir de los días y de la gente. Es uno de los peligros que uno corre estando aquí: pensar que esto es Afganistán, y que todo es, más allá del merlón y la concertina, esta balsa de aceite que parece aquí dentro.
 
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Y sin embargo en el país, según una noticia emitida hoy por la agencia EFE, el número de civiles muertos en lo que va de año se ha incrementado notablemente (un 14%) con respecto al mismo período del año pasado. A estas alturas, se han alcanzado las 1319 civiles muertos. Se da la triste circunstancia de que el mayor incremento de víctimas mortales se ha dado en mujeres y en niños (un 61% y un 30% más, respectivamente).
 
106 mujeres muertas y 241 heridas.
 
231 niños muertos y 529 heridos.
 
El que diga que las cosas van según lo previsto, o es un cínico, o miente, o tenía prevista una catástrofe desesperanzadora como la que a día de hoy tiene lugar en el país, en imparable y terrorífica hemorragia interna, o unas previsiones de acuerdo a unos intereses muy particulares.
 
Luego podrán venir y adornarlo como quieran: hay más seguridad, se ha avanzado mucho en determinados aspectos, hay más libertad (¿?), bla, bla, bla,... No se menciona, por desgracia, que sigue habiendo miedo, secuestros, asesinatos, mutilados, ajusticiados y un extenso catálogo de muestras de la perversión de la raza humana.
 
Ojalá algún día se le pueda poner cara a todas estas personas, que pasan borrosas por nuestra memoria, cuando lo hacen, como en la foto, y quedan atrás en el margen de la carretera, olvidadas. Por desgracia, la vida no vale lo mismo en según qué sitios. En países como éste, la muerte arroja muchas más ganancias. También genera mucha más indiferencia. Y yo hablando de maratones. Puta rutina.

1 comentario:

  1. Bueno Fran, ahí hablas de maratones, mientras fuera hacen contra reloj para seguir vivos. Aquí en España, corremos mientras tenemos familiares y amigos en paro... Yo mismo, después de un funeral, no me tomo un vino (el dicho dice que sí no lo tomas, el tuyo viene de camino). Lo que siempre hago es escaparme y correr por el monte. Todos tenemos nuestra manera de sentirnos vivos.
    Saludos y suerte

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