viernes, 26 de julio de 2013

Día 84: me arden las mejillas

Km recorridos (día/total): 5,2/509,3                                  Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/184
Esto no puede ser bueno, de ninguna de las maneras. Treinta grados a las seis y media de la mañana, cuarenta y dos a lo largo del día, y subiendo. A mediodía, el aire parece salir de un secador de pelo. Así, esta mañana a las ocho y media el sol castigaba de lo lindo y, a ratos durante el día, me ardían las mejillas. Curiosa sensación.

Y, sin embargo, aquí sigo, sumando kilómetros, a pesar de lo mucho que me cuesta, después de una doble sesión, arrancarme a correr por las mañanas, cuando todas mis articulaciones se quejan y mis músculos se resienten. Por suerte, es cuestión de un par de kilómetros antes de que todo se equilibre. Sólo el primer tercio de la carrera es un pequeño suplicio. El resto lo disfruto muchísimo, incluso después de pocas horas de sueño (anoche a las dos todavía me encontraba dando vueltas en la cama).

De hecho, después de comer he entrado en un estado de trance tal que cuando Nacho ha entrado en la habitación y me he despertado, lo primero que he pensado ha sido que era por la mañana, me había quedado dormido y que ya casi no me daría tiempo a ir a correr antes de empezar a trabajar. Eran las cuatro menos cuarto de la tarde. Tan profundamente dormido estaba.

Por lo demás, en el aspecto deportivo el día ha sido relajadísimo, lo cual es de agradecer, ya que llevaba siete sesiones en cuatro días. Eso sí, mañana, si todo va bien, volveré a doblar. A este paso, a final de semana me voy a plantar en los ochenta kilómetros (casi sesenta van ya). No está mal, sobretodo teniendo en cuenta que tengo que recuperar y situarme por encima de la línea que me conducirá a los 1200 antes de noviembre. Me parece que, al final y si todo sigue como hasta ahora, los superaré.

De momento, desde ayer estoy reclutando gente, junto con Alberto el Gorra, para hacer grupo al menos los martes y los jueves, a las 18:45 horas. Cuantos más seamos, mejor lo pasaremos. Lo único es que dentro de unos días tendremos que adelantar la hora, porque la puesta de sol le va ganando cada vez más terreno al día. Tiene sus ventajas, de cualquier modo, porque en cuanto se esconde el sol, la temperatura desciende rápidamente diez o doce grados y se agradece de veras.

Pedro Bueno

Por cierto, hoy elijo una foto que me ha hecho muchísima ilusión recibir, especialmente porque me la ha mandado una persona que sí es única e irrepetible y a la que debo mucho en mi vida, como a tantas otras. El mensaje en sí es lo de menos, sobretodo porque lo escribe alguien que me mira con muy buenos ojos y de forma muy subjetiva. Aún así, me ha emocionado muchísimo, y quería agradecérselo enormemente.
También os dejo el mar de mi infancia, visto desde tierras africanas. Casualmente, por ese lugar estuve corriendo hace año y medio. Era diciembre, la brisa era fresca, mis mejillas no ardían como ahora y después de correr me sumergí en él.
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1 comentario:

  1. Buenas tardes, en realidad no tengo mucho que aportar, sólo decirte que este Blog es mi periódico diario... El día que te saltas una entrada, estoy con la mosca detrás de la oreja, en fin.
    Saludos y suerte.

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