sábado, 18 de mayo de 2013

Día 15: punto de inflexión

Km recorridos (día/total): 2/90                                                   Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/45

Normalmente, en las lesiones suele haber un punto de inflexión inesperado. Uno pasa de pensar que lo que tiene le seguirá doliendo toda la vida, pero resulta que llega un día en que, sin haber hecho nada especial, el cuerpo decide tirar para adelante con lo que hay y deja atrás las desagradables huellas de contracturas, roturas, esguinces, inflamaciones, tendinitis y demás compañeras indeseadas del deportista.

Pues bien, tal y como ha amanecido el día, no me habría aventurado a pensar que hoy sería el punto de inflexión de nada: nuboso y caluroso, y con el polvo en suspensión flotando en el ambiente. Todo ello habrá tenido que ver con el dolor de cabeza que me ha acompañado en este sábado que no se parece en nada a los sábados familiares: aquí uno sabe que es sábado porque lo mira en el calendario, pero si se le pregunta a alguien qué día es, pocos se aventuran a decirlo sin pensárselo dos veces. Los días son tan iguales unos a otros...

A lo que quería referirme es que las primeras impresiones del día me empujaban a pensar que mi sobrecarga seguía ahí, como en los días anteriores, así que he optado por no forzar y cumplir con los diez minutos de rigor antes de irme a la ducha, sin muchas esperanzas de que la cosa mejorase, y con la cabeza a punto de estallarme durante todo el día. Desanimado.

Pero, mira por dónde, parece que era hoy el punto de inflexión. A lo largo de la tarde he comenzado a notar como mi musculatura se iba relajando poco a poco, y como las tensiones se aliviaban, hasta tal punto que a esta hora soy moderadamente optimista de cara a mañana. No obstante, y por si acaso, la del domingo también será una sesión muy relajada. No voy a tener prisa por correr más de lo debido, y quiero que la contractura desaparezca del todo antes de volver a coger el ritmo.

Algo es algo, en cualquier caso. Puede que para quien no está por aquí, o para aquel que no sea tan cabezón como yo, lo más sencillo y recomendable sea parar un par de días. Pero ¿cómo hacerlo si son ya casi 19 meses, estoy en un lugar donde correr significa ser libre y es una simple contractura? Espero no equivocarme y estar otra vez completando vueltas una tras otra en unos días, sin dedicarle mis sentidos a otra cosa que no sea el cálido aire afgano que sopla del norte.

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