viernes, 10 de mayo de 2013

Día 7: la primera alegría

Km recorridos (día/total): 6/48                                             Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/24

A pesar de que esta mañana le he comentado a Manu que la crónica de hoy se llamaría de otra manera (mañana será así. ¿Será por días?), luego me he acordado de que la del viernes ya tenía dueño, así que tendré que dedicar otro día a lo prometido a primera hora de hoy.
 
Es increíble como a veces las coincidencias y los caprichos del destino nos ponen en el camino de gente a la que, de otra manera, seguramente no habríamos llegado a conocer. Aunque aún es pronto para hablar de la experiencia afgana, yo ya he recibido una de las primeras alegrías al conocer a una persona entusiasmada con el deporte, que ha estado entrenando durante seis meses en unas condiciones nada fáciles, además de desempeñar, como me consta, una gran labor profesional.
 
Por eso, hoy por la mañana le he dicho a Adolfo, el supertriatleta afgano, que mañana al llegar a casa tendría una sorpresa. Para mí ha sido un verdadero placer coincidir con él aquí, pues aunque hayan sido sólo unos días, estoy seguro de que mantendremos el contacto a partir de ahora, y tendremos tiempo y ocasiones para charlar de deporte o de cualquier cosa, simplemente porque da gusto hablar con él y ver a una persona tan positiva e ilusionada.
 
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Y aunque él no lo crea así, pienso que deportivamente hablando es un crack, porque hay que serlo para hacer lo que él ha hecho. No sólo las marcas y los logros definen a un deportista. Hay otros parámetros que también cuentan, y mucho, y a mí me parece que, independientemente de los primeros, la ilusión, la dedicación y la capacidad de sacrificio describen perfectamente a un gran deportista como lo es él.
 
Así que hoy la crónica es un regalillo de bienvenida para Adolfo, al que echaré de menos en mis sesiones de swiss ball durante los próximos meses. Esto sigue como lo dejó esta mañana. Bueno, un poquito más vacío.
 
Por cierto, hoy, por fin, amaneció nublado. Pero tampoco tocaba hablar de eso...

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