domingo, 12 de mayo de 2013

Día 9: el amanecer afgano

Km recorridos (día/total): 6/60                                             Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/30
 
Por motivos de trabajo, hay he tenido que adelantar mi hora habitual de carrera. A las seis y cuarto tenía que estar listo, así que me he organizado para levantarme una hora antes, correr media hora y estar duchado para entonces. Ni qué decir tiene que me ha costado levantarme: el vibrador del teléfono me ha sacado casi a rastras de un sueño placentero. Pero ha merecido la pena.
 
El sol en esta zona de Afganistán sale, durante estos días, minutos después de las cinco de la mañana. Hasta ahora, siempre que he salido a correr, ya brillaba con fuerza tres o cuatro dedos por encima del horizonte. Pero hoy no. Hoy me he levantado con él, y cuando he comenzado a rodar aún no asomaba por encima del merlón, así que he podido disfrutar de un par de vueltas con sombra y la brisa fresca de la mañana.
 
Además de todo, durante esos dos primeros giros al circuito de carrera, no he visto a nadie, así que he podido experimentar una sensación hasta ahora única en lo que llevo de estancia en este país: la soledad del corredor de fondo. Me he centrado en escuchar mi respiración y ser consciente de cosas que a menudo no apreciamos: el aire frío en la piel, la tensión muscular tras cada impacto,...Y todo ello sin tener que reparar en ningún vehículo. Tan sólo, lamentablemente, el continuo rugido de los generadores interrumpía, en determinadas zonas, la paz matinal de mi carrera de hoy.
 
Aunque el madrugón me ha costado trabajo, después de la ducha me sentía muy satisfecho con el simple hecho de haber tenido la suficiente fuerza de voluntad para levantarme tan temprano y echar a correr. Me ha ayudado, sin duda, el hecho de haberlo comentado con varios compañeros en el día de ayer. ¿Con qué cara iba a decirles yo hoy que al final me había quedado sin ver el amanecer afgano por pereza?
El madrugón de hoy mereció la pena en todos los sentidos
        El madrugón de hoy mereció la pena en todos los sentidos

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