martes, 3 de septiembre de 2013

Día 123: raras compatibilidades

Km recorridos (día/total): 19,2/979                                   Vueltas dadas al perímetro (día/total): 4/273
 
Por segundo día consecutivo hemos vuelta a recorrer casi veinte kilómetros divididos en dos sesiones. La verdad es que esta tarde he terminado muy cansado, sin ganas de entrar al trapo de los continuos cambios de ritmo de mis compañeros de rodaje. Desde que he salido me he visto sin fuerzas ni fuelle. De hecho, en varias ocasiones me he planteado la posibilidad de dejar la carrera a medias. Tal vez es lo que debería haber hecho, pero no, he aguantado con más corazón que cabeza y unas sensaciones pésimas. Imagino que también hay que saber sufrir de esta manera.
 
Por el contrario, la carrera de la mañana ha sido bastante más agradable. No soplaba el viento y la temperatura, como en los días anteriores, era fresca. Aún así, ya empezaba a notar algunos signos de fatiga. Mañana por la mañana hemos quedado para hacer quince kilómetros. A estas horas, no estoy seguro de que vaya a correr tanto. Todo dependerá de mi capacidad de recuperación de esta noche, y de lo profundo y reparador que sea mi sueño. Las dos últimas noches no ha sido ni lo uno ni lo otro.
 
Esta tarde he recibido una noticia que podría representar la posibilidad de que algo muy lindo ocurra en breve. De momento no puedo adelantar más, al menos hasta mañana. En un momento dado, todo llevaría consigo un cambio de planes importante e inesperado, del que me resulta imposible, a estas horas, determinar materialización, muchísimo menos su inmediatez. Estoy especialmente impaciente por que llegue el día de mañana para así poder obtener más información al respecto. Es curioso, está uno aquí, enfrascado en sus kilómetros y descontando días, y de repente llega una carta que puede suponer un giro de ciento ochenta grados.
 
Querría extenderme un poco más en lo que ha dado de sí este tercer día del mes de septiembre, quinto mes que nos recibe en estas tierras afganas. Pero lo cierto es que estoy con unas ganas locas de tumbarme en la cama y poner las piernas en alto. Creo que por esta noche dejaré sin abrir mi libro Pedaleando en la oscuridad, culpable en gran parte de mi falta de sueño. Pero es que se lee tan fácil, que es difícil finalizar un capítulo y no caer en la tentación de comenzar el siguiente. Hoy me sobrepondré y lo dejaré estar. Lo prometo.
 
Seguramente entonces soñare con ínfimas probabilidades y raras compatibilidades  que sólo en determinadas ocasiones tienen lugar. Ojalá ese sueño se haga realidad en breve...
 
IMG_0517 (Custom)
El domingo, después de la orientación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario