lunes, 9 de septiembre de 2013

Día 129: peregrinos

Km recorridos (día/total): 9,6/1036                                  Vueltas dadas al perímetro (día/total): 2/284
 
¡Parece que el calor no vaya a marcharse nunca! Cuánto me alegro de no verme demasiado afectado por las altas temperaturas. Aún así, estoy deseando que lleguen días más frescos. Por el momento, todo indicio de ello ha resultado ser un mero espejismo, y únicamente a primera hora de la mañana y a última de la tarde el aire es respirable. Afortunadamente, para esta semana dan mínimas de diecisiete o dieciocho grados, así que seguramente el miércoles tengamos la temperatura ideal para correr los dieciséis kilómetros.
 
Hoy, en nuestra aproximación a la carrera, hemos rodado casi diez. Ha sido divertido, como lo es siempre que nos juntamos Pascual, Alberto, Tabu y yo. Me ocurre siempre en los días previos a un gran esfuerzo: mi cuerpo ha comenzado a guardar fuerzas y esta mañana, excepto durante dos kilómetros y medio en los que he rodado ligeramente por encima del ritmo de carrera, las piernas me pesaban y me costaba encontrar la respiración adecuada. Seguramente, quiere decir que el miércoles estaré bien. No puede ser de otra manera...
 
Durante la tarde, gracias en este caso al trabajo que desempeño aquí, he tenido la ocasión de vivir unos momentos distintos a los habituales. Hoy se ha iniciado una sucesión de vuelos que transportarán a peregrinos afganos musulmanes hacia La Meca. A este curioso evento, que se ha desarrollado en el hall de la terminal del aeropuerto civil, han acudido autoridades civiles, militares y religiosas, además de un par de cientos de peregrinos. Recuerdo que durante mis primeras visitas a la terminal civil, verme allí, rodeado de tanta gente en un entorno desconocido, me generaba cierta inquietud. Esta tarde, sin embargo, he disfrutado del ambiente tan particular que se respiraba.
 
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También, por otro lado, y gracias a la ayuda de varias personas, mañana recibiré un kit para realizar un test de saliva, del cual extraerán, imagino, mi perfil genético. La idea es comprobar que no ha habido cambios con respecto al que se obtuvo hace años, y que ha determinado mi compatibilidad con un paciente desconocido para mí. Así, una vez tomadas las muestras, enviaré el kit de vuelta a la Fundación Josep Carreras en el mismo avión que me lo trajo.
 
A partir de ahí, se iniciará un proceso que confirmará (espero) que el trasplante es posible. Ha sido una suerte poder contar, como digo, con la colaboración de determinadas personas: en menos de una semana, a pesar de encontrarme a siete mil kilómetros de distancia, en la fundación podrán disponer de lo necesario para empezar a trabajar en firme.
 
Hace un par de días terminé, por otro lado, el libro Pedaleando en la oscuridad, de David Millar, del que un día de estos escribiré una breve entrada, principalmente porque me ha resultado muy interesante, tanto desde el punto de vista humano como deportivo. Esta noche me espera en la mesita de noche Mil soles espléndidos, del escritor afgano Khaled Hosseini. Será un buen medio para conocer un poco más sobre este país que me es tan ajeno a este lado de la concertina.
 
Es curiosa la sensación de leer sobre paisajes e historias que se pueden respirar sobre el propio terreno.
 
Es estupendo que el alambre espinado no pueda detener esos aromas.



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