miércoles, 11 de septiembre de 2013

Día 131: Shadow Runner

Km recorridos (día/total): 19,1/1060,3                              Vueltas dadas al perímetro (día/total): 4/289
 
Hoy ¡por fin! hemos salido antes que el sol. Como ayer me dormí temprano, esta mañana estaba despierto mucho antes de que sonase el despertador. Ya no es como hace un par de meses cuando, a eso de las cinco, podía ver la hora en el Polar sólo con abrir los ojos. Ahora a esas horas está oscuro, y tengo que recurrir perezosamente al móvil para saber cuánto me queda hasta la hora de levantarme.
Finalmente, después de comprobar nuestras inscripciones y recoger los dorsales, hemos comenzado a rodar a eso de las seis, muy suavemente, en dirección sur. A la vuelta de este breve calentamiento nos hemos detenido unos instantes: el sol comenzaba a abrirse paso entre la neblina y las montañas. El aire soplaba con fuerza. La recta se haría dura...
 
Unos minutos después de las seis y media, casi ¡setenta! corredores se agolpaban en la salida. En esta ocasión, ni siquiera me he preocupado por estar en primera fila. Aún así, antes de la primera curva estaba en cabeza. Durante los primeros kilómetros se ha formado un trío con un italiano y otro español. He decidido marcar el ritmo, vivo, exigente, para ver qué tal respondían las piernas de los demás.
 
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Enseguida ha dado resultado, y al final de la larga recta sur-norte nos quedábamos solos el italiano y yo, él siempre a resguardo, vigilante. Escuchaba su respiración, entrecortada a ratos. Así, durante una vuelta y media, en la que he querido probarlo en alguna ocasión, aunque sin mucha convicción, cuando veía que se retrasaba un par de metros.
 
Después de mi habitual crisis del kilómetro cinco y de todo lo anterior he llegado a la última vuelta sin poder descolgarle, como me habría gustado. Pero el italiano tenía piernas de sobra, y en el tercer paso por la recta sur-norte, esos dos kilómetros doscientos metros con viento en cara, se ha puesto por primera vez en cabeza y ha apretado de lo lindo. Me ha tocado sufrir para seguirle y, de hecho, por momentos he pensado que ahí se acababan mis aspiraciones de victoria. Así se lo hacía saber a Pascual (¡gracias por sus constantes palabras de ánimo en la parte de arriba del circuito!) con una ligera negación con la cabeza cuando pasaba a su altura.
 
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Pero la carrera guardaba una pequeña sorpresa. Después de completar la tercera vuelta había que continuar y recorrer un kilómetro más, algo que parece ser ignoraba mi adversario. Así que cuando ha esprintado para lo que el creía la meta no le he podido seguir, sabiendo que restaba aún un kilómetro. Cuál no ha sido mi sorpresa al verle detenido, celebrando la victoria.
 
Ahí, he de reconocerlo, le he pasado y he cambiado con todas mis fuerzas, intentando aprovechar el bajón psicológico que seguro tendría. Me ha seguido, pero ya con menos brío y, finalmente, yo con toda la carne puesta en el asador, se ha venido abajo, con lo que he podido entrar en meta en solitario y ligeramente por debajo de la hora, feliz por la carrera y un tanto exhausto por el esfuerzo.
 
IMG_20130911_135616Por lo que respecta a nuestro grupo de carrera, tanto Tabu como Pepe Soria han cuajado grandes actuaciones. La lástima es que Alberto haya tenido algunos problemas físicos que le han impedido rendir al nivel esperado. A buen seguro, en un par de días estará como nuevo y habrá olvidado el disgusto de no haber podido correr tanto como quería.
 
Y así ha sido como ha transcurrido la Army Ten Miler Shadow Run organizada por el contingente americano en memoria de las víctimas del 11-S. Sobre el resto del día (visita al fisio con punciones secas en los gemelos incluidas) ya escribiré mañana, si hay ocasión. A estas horas estoy deseando poner las piernas en alto y descansar un poco, que mañana hay que retomar los entrenamientos a primera hora y seguir progresando.
 
¡Hasta mañana!
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