viernes, 27 de septiembre de 2013

Día 147: alegrías varias

Km recorridos (día/total): 10,4/1237,3                              Vueltas dadas al perímetro (día/total): 2/324
 
Esta mañana, cuando he salido al exterior de mi alojamiento (la calle Alfa, como se llama aquí el sitio donde vivo) me he llevado la primera alegría del día al ver que había unas pocas nubes en el cielo y que el sol no brillaba con tanta intensidad como durante los días, semanas y meses previos. Parece que no he sido el único en alegrarme de eso. Fuera estiraban después de su rodaje Pascual y Tabu, y ambos hacían incapié en lo mismo. Es curioso comprobar cómo las necesidades, al cabo de un tiempo, convergen hacia un mismo punto.
 
La segunda alegría del día ha llegado poco después: no llevaba ni trescientos metros recorridos cuando me he cruzado con Víctor, que ha aceptado mi invitación gestual de unirse a mí, y luego, amablemente, me ha acompañado unos cuantos kilómetros más de los que tenía planeados. Se agradece también en este caso disfrutar de nuevas compañías, principalmente porque traen nuevas conversaciones y son un soplo de aire fresco. Así, Víctor y yo hemos ido charlando del atletismo y de sus entresijos, de tal forma que los cinco kilómetros de por la mañana se me han ido volando.
 
A las seis de la tarde ha sido el turno de la tercera alegría: Ángel, uno de mis compañeros de misión, tipo divertido donde los haya y muy buena gente, se ha animado a compartir conmigo la sesión de esta tarde. Además, enseguida nos hemos cruzado a Pepe Soria, que se ha unido a nosotros para conformar un buen trío de corredores, inédito en estas tierras. Es curioso: dos salidas en un día y acompañantes distintos en cada una de ellas. Así no hay quien se aburra.
 
Después de cuatro días me he vuelto a sentir nuevamente bien sobre el asfalto, sin molestias ni dolores de ningún tipo. Si acaso el polvo, que tanto ha dificultado la respiración y limitado la visibilidad esta tarde, ha sido el inesperado invitado, aunque no ha conseguido evitar que disfrute enormemente de los kilómetros recorridos en el día de hoy. Me hacía falta, por otra parte, seguir rodando muy suave, regenerando mi organismo después del domingo, así que las sesiones de hoy me han venido muy bien en todos los sentidos.
 
Lo que es un hecho, por otra parte, es que pronto tendré que cambiar la hora del entrenamiento de tarde. Hoy a las seis y diez el sol ya se había ocultado, y apenas veinte minutos después la falta de luz para progresar con cierta seguridad entre los baches de algunas partes del trazado era evidente. A poco que las temperaturas diurnas desciendan un poco, empezaré a salir a las tres de la tarde. No me apetecerá tanto, pero tendré que hacer un pequeño esfuerzo si quiero mantener las dos sesiones tres o cuatro días a la semana.
 
Por lo pronto, mañana a las siete y cuarto saldré nuevamente a rodar un buen rato. En principio, iremos Víctor, Alberto y yo. Tabu y Pascual descansarán, que bastante tute llevan esta semana. Parece que por fin va desapareciendo la fatiga acumulada, así que es posible que acabe la semana de una forma ascendente, con dobles sesiones tanto el sábado como el domingo. Para ello, creo que voy a meterme pronto en la cama. Si no, no creo que sea capaz. ¡Hasta mañana!

No hay comentarios:

Publicar un comentario