domingo, 8 de septiembre de 2013

Día 128: ¿qué zapatillas me pongo?

Km recorridos (día/total): 10,4/1026,4                              Vueltas dadas al perímetro (día/total): 2/282
Me he cuenta de que, con el paso del tiempo, van quedando atrás las pequeñas rutinas con las que, durante los primeros meses, intentaba hacer esto un poco más llevadero. En realidad, las empecé a olvidar en cuanto empecé a rodar con Alberto y aumentamos la distancia de carrera, con lo que la carretera perimetral se convirtió en nuestro territorio de entrenamiento, y perdieron su razón de ser los cambios de sentido que tan escrupulosamente había respetado hasta ese punto.
El de cambiar de zapatillas cada lunes lo mantengo, aunque ligeramente modificado para adaptarlo a ciertas necesidades: ahora utilizo el par más antiguo de las Cascadia 7 dos semanas y el otro par, más reciente, sólo una. Mi intención es, obviamente, cargarme antes el par viejo, para así no tener que cargar con él de vuelta a casa en un par de meses. Además, de esta forma no tendré que esterilizarlo antes del regreso, y podré emplearlo la última mañana de carrera para luego abandonarlo en suelo afgano. La estrategia va dando resultado.
También me gusta, de vez en cuando, ponerme las K-Swiss que me trajo Pascual. Ojalá pudiera utilizarlas más a menudo, pero el terreno aquí es abrasivo en todos los sentidos, y sin los refuerzos laterales de las Cascadia, mucho más resistentes, me las cargaría en unas pocas salidas. Así que las reservo para las ocasiones especiales, cuando me apetece ir un poco más rápido. De hecho, este miércoles serán las que utilice en la carrera de las diez millas.
Entre una cosa y otra, el domingo ha transcurrido parsimonioso, como nuestro rodar de hoy a primera hora, y caluroso (durante los últimos días estamos padeciendo de nuevo altas temperaturas, cercanas a los cuarenta grados). Parece, no obstante, que la semana próxima podremos disfrutar de jornadas bastante menos cálidas.
IMG_20130908_141426Será de agradecer, después de los tres últimos meses. Esta tarde nos hemos animado nuevamente a salir otro rato. El sol estaba a punto de ponerse cuando hemos iniciado la carrera, pero aún así el ambiente era un tanto opresivo. Tanto, que a Alberto le ha costado un par de kilómetros y otras tantas paradas coger el ritmo respiratorio, y al principio lo ha pasado verdaderamente mal.
Entre carrera y carrera hemos disfrutado, eso sí, de una estupenda fideuá preparada por Luis, valenciano hasta la médula,  gran cocinero y mejor amigo. Así, tan bien rodeado (lo que el asfalto y Afganistán han unido, que no lo separé el hombre), el domingo ha sido domingo, y no otro día más de tantos que llevamos. A estas alturas, se aprecian enormemente compañías tan señaladas como las de la comida de hoy y las charlas tan distendidas y divertidas. Si no fuese por estos ratos...
Se hace tarde, y mañana comienza una nueva semana que promete buenos ratos. En algunos aspectos la anterior será difícilmente superable. En otros, espero sea un poco más llevadera. En cualquier caso, intentaré mantener la intensidad en todos los sentidos, después de que mi voluntad haya flaqueado durante algunos largos días. Ganas, desde luego, no me faltan. Amigos que me ayuden a encontrarlas cuando más me cuesta, afortunadamente tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario