sábado, 7 de septiembre de 2013

Día 127: una jornada de transición

Km recorridos (día/total): 5,2/1016                                   Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/280
 
No recuerdo la última vez que tuve dos días seguidos de descanso relativo. Pero hoy no he dejado pasar la oportunidad de parar un poquito, sólo cinco kilómetros doscientos metros por la mañana (ya entonces he notado la jornada de descanso de ayer), en solitario, sin pausas, más tarde de lo habitual y con mejores sensaciones que durante las dos últimas semanas, casi diría que durante los dos últimos meses, cuando he acumulado un volumen de carrera que hasta hace poco me parecía impensable.
 
Incluso esta semana, a pesar de los dos días de relativo parón, voy a superar ampliamente los ochenta kilómetros. Es curioso comprobar como todo se vuelve relativo, y la que hace unos meses era una distancia inalcanzable ahora corre el riesgo de ser calificada de medianamente normal. Y sin embargo, estaba muy necesitado de esta también relativa pausa, con mis tendones, mis músculos y mi cabeza pidiéndome a gritos un descanso, un paréntesis en la vorágine de kilómetros en que se veían inmersos todos ellos.
 
También, por otro lado, y teniendo en cuenta que el día once tengo una carrera de dieciséis kilómetros, me vienen muy bien estas jornadas de transición. Probablemente mañana ruede un poco más, nueve o diez kilómetros por la mañana y la mitad por la tarde, y lunes y martes sean de nuevo días tranquilos en los que velar armas de cara al miércoles.
 
A decir verdad, tanto la distancia como el momento en el que llega me vienen que ni pintados. Será una excelente ocasión para calibrar el estado físico en que me encuentro, y de rodar rápido y, espero, cómodo. Tampoco tengo intención de sufrir mucho, aunque todo depende de como vaya la carrera. En cualquier caso, una hora de esfuerzo a un nivel considerable representa un buen test de cara a cómo enfocar, desde entonces y hasta noviembre el resto de la preparación para la maratón de Valencia.
 
Sólo espero que Alberto esté plenamente recuperado de sus molestias y que Pascual se replantee su negativa a correr, de tal forma que, por encima de ritmos, pulsos y resultados, nos juntemos, junto con Tabu, y disfrutemos de la prueba como es debido. Lo cierto es que la cosa promete, y será una buena forma de romper la rutina que, desde casi principios de julio, cuando participé en la Milla Urbana, se ha instaurado en mis entrenamientos. ¡Ahora toca calidad!
 
Mientras tanto, seguimos avanzando en nuestro proyecto 60 NM Solidarias, recibiendo muchos apoyos de la gente, tanto aquí como en España. Yo no puedo dejar de agradecer las muestras de cariño recibidas por parte de todos, en especial de los que se han tomado un par de minutos en escribir unas palabras en el blog, alentándonos a continuar adelante con este #impresionanteproyectodepaz, como lo definió Alberto en sus inicios (la que tiene que aguantar después de eso, el pobre...).
 
En fin, que casi ha finalizado esta semana, que sin quererlo me ha dejado un precioso e inesperado regalo, que sospecho cambiará mi vida para siempre en cuestión de meses. ¡Cuántas emociones aguardando ahí, a la vuelta de la esquina!

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