martes, 13 de agosto de 2013

Día 102: con visibilidad reducida

Km recorridos (día/total):  5,2/709,4                                  Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/222
 
Lleva dos días soplando un viento del norte de moderado a fuerte, y como las previsiones meteorológicas adelantaban, ha habido muchísimo polvo en suspensión, tanto, que la visibilidad se ha reducido a cuatro o cinco kilómetros, lo cual a mí me resulta bastante indiferente, dado que mi visión durante la carrera queda reducida, en la mayoría de los casos, a unos pocos metros por delante de mis zapatillas. Lo que me da menos igual es el escozor de ojos y vías respiratorias que llevo encima desde esta mañana.
 
Por suerte, he conseguido un colirio hace un rato, así que espero que mañana todo vuelva a la normalidad. Por otro lado, esta tarde me ha sido imposible salir a entrenar, algo que en parte ha sido beneficioso, dada las condiciones reinantes. Por supuesto, no ha faltado la salida corta de esta mañana, más descansado y acompañado, cómo no, de Alberto. Es uno de los beneficios de salir a primera hora, antes de comenzar a trabajar: el día luego se puede torcer de cualquier manera, que yo ya tendré mi carrera hecha, aunque sea corta. El objetivo, al fin y al cabo, es seguir sumando días.
Con Fernando, del diario La Razón, a bordo de un Superpuma.
Con Fernando, del diario La Razón, a bordo de un Superpuma.
 
No obstante esta semana, en comparación con la anterior, va a resultar un tanto atípica en lo que a entrenamientos se refiere ya que, de momento, las tardes han estado ocupadas y el jueves hay un cinco mil a las siete, lo que hará que mañana también me lo tome con calma. Mucho me temo que entre el jueves y el domingo habrá que ponerse las pilas para, como mínimo, mantener el nivel aunque, por otra parte, no me preocupa el hecho de disminuir un poco el volumen esta semana, después de las tres semanas anteriores de carga, para así coger fuerzas de cara a la siguiente semana.
 
Por otro lado me viene bien, de cara a la carrera del jueves, llegar un poco más descansado. Tengo muchas ganas, como de costumbre, de competir, aunque sea nuevamente a las siete de la mañana. Será, a su vez, un pequeño test para los tres -Alberto, Pascual y yo- con el propósito de afinar un poco el entrenamiento para la maratón de Valencia. También, por qué no decirlo, estos tres últimos días de menos carga me están sirviendo para recuperarme de algunas molestias que, debido al incremento de volumen, habían empezado a aparecer.
Bien protegidos...
Bien protegidos...
 
En definitiva, esto es todo lo que, entre otras cuestiones ilustradas por las fotos que acompañan la entrada, ha dado de sí el día de hoy. No es mucho, pero para ser martes tampoco ha estado mal. Mañana será otro día que amanecerá, espero, como de costumbre: con las zapatillas preparadas.
En breve estaremos liquidando el mes de agosto (¿quién lo iba a decir?), aunque antes quedan todavía unos cuantos kilómetros por recorrer. Por correr, que no quede. 

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