martes, 6 de agosto de 2013

Día 95: savia nueva

Km recorridos (día/total): 17,8/637,9                                 Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/209
 
El día de hoy ha sido verdaderamente intenso, en todos los aspectos a los que uno podría referirse. A las nueve, un par de horas después de mis cinco kilómetros de por la mañana, aterrizaba un vuelo procedente de España con gente de relevo para algunas de las unidades que operan en Afganistán. Podría haber sido un vuelo más, un relevo más, de no ser porque entre los pasajeros figuraba un auténtico crack con el que, ya por la tarde, he compartido unos kilòmetros: Pascual Vargas, el Afghanistan Runner, ha aterrizado en Herat. ¡Qué gran noticia!
 
Pascual y yo nos conocemos desde hace más de doce años, de nuestra andadura canaria. Aunque estuvimos un tiempo sin saber el uno del otro, desde hace unos años estamos en contacto electrónico, esporádico pero directo, de tal forma que cuando hoy, después de tanto sin vernos, le he visto descender por la escalerilla del avión, ha sido como si todos estos años se hubiesen condensado en unos pocos días, y he vuelto a sentir la proximidad de un amigo.
 
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En un día nuevamente caluroso en el que, por fortuna, el índice de humedad se ha elevado un poco (la sensación térmica era mayor, pero al menos la piel respiraba un poco mejor y la garganta no se secaba tanto), a las seis y media nos ha tocado un nuevo entrenamiento de grupo, hoy más numeroso durante los primeros kilómetros. El plan era completar otra vez doce kilómetros y pico, incluyendo dos grupos de tres de mil en progresión. Al final, por una razón o por otra, me he quedado solo. Las ampollas han hecho mella en Alberto, que se ha tomado la segunda mitad del entreno con más calma, aunque por suerte Manu me ha acompañado hasta la penúltima de mil.
 
Finalmente, hemos completado un buen entrenamiento. He de decir que mis sensaciones son cada día mejores, a pesar del calor y del cansancio acumulado. Hoy, en particular, tenía muy buenas piernas, casi desde por la mañana, así que no me ha costado mucho disfrutar de la minisesión de calidad de la tarde. Mañana tocará descansar un poco de cara al fin de semana, y sólo correré por la mañana, pero lo cierto es que la semana va por muy buen camino, y mi motivación atlética va creciendo poco a poco al ir encontrando buenas sensaciones cuando acelero el ritmo.
 
Además de todo, saber que a partir de mañana cuento con la presencia de Pascual (la cosa marchará y se divertirá, ya verá), además de la de Alberto, inseparable ya para mí compañero de fatigas, hace que los casi tres meses que restan se planteen de una forma muy apetecible y motivante. Por cierto, Alberto ya ha confirmado su participación en Valencia, así que le doy las gracias....a Gemma, su mujer, por entender que lo que el asfalto afgano ha unido, no lo debe separar el hombre.
 
¡Qué tres meses y qué gran fin de semana nos esperan (y no sólo en lo que a atletismo se refiere)!

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