jueves, 6 de junio de 2013

Día 34: ¿esta vez sí?

Km recorridos (día/total): 2/156                                           Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/78
 
Ya casi me he terminado de leer "Cometas en el cielo". Entre ayer y hoy he intentado llegar al final, pero me ha resultado imposible, porque a los pocos minutos de tumbarme en la cama se me cierran los ojos. De todos modos, me faltan escasamente 20 páginas, así que seguro que mañana encuentro el momento adecuado para finalizarlo y pasar a otro. No me gusta nada cuando un libro se eterniza en mis manos: quiere decir que he tenido poco tiempo para leerlo, o que me ha gustado poco. En esta ocasión, ha sido más bien lo primero.
 
Parece, por fin, aunque esto lo diré en voz baja, que estoy casi recuperado. No deja de ser cierto el hecho de que ha sido gracias, en gran parte, a que he bajado el volumen de kilómetros desde hace una semana. Es una lesión que, en Madrid o en Murcia, en manos de Jose Luis Izquierdo o de Juan Diego Aparicio, habría durado un par de días. Aquí, sin embargo, no tengo la gran suerte de tener a dos cracks como ellos cuidándome los músculos cada semana y eso, unido al calor y a la dureza del terreno, ha hecho que las molestias hayan durado más de lo deseado. También es cierto que yo no los he cuidado como debía hasta hace una semana.
 
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Por fin van remitiendo y, ahora sí, se nota la evolución positiva de un día para otro. Esta mañana, por ejemplo, y a pesar de que he podido dar sólo una vuelta por falta de tiempo, me he encontrado suelto nuevamente, corriendo a buen ritmo y con sensación de poder ir más rápido. Y por primera vez en muchos días no he tenido, después de la ducha y de enfriarme, ninguna recaída. Esto está casi superado.
 
Por la tarde, como os conté ayer, me he tenido que hacer la colada. Lo malo es que ahora tengo la habitación como se puede ver en la foto, con el tendedero en medio del paso. Lo bueno, que hoy no tendré que poner el humidificador, porque con la humedad de la propia ropa y la de los charcos del suelo después de tenderla tendré de sobra. Es lo bueno que tiene tanto calor y tan poca humedad relativa. El aire está tan poco saturado, que cualquier molécula de agua es rápidamente bienvenida.
 
Mañana por la mañana estará todo seco, seguro. Sólo espero no tener que levantarme al baño a media noche, porque con el despiste que tengo encima, seguramente me llevaré puesta la cuerda con toda la ropa colgando o, lo que es peor aún, me daré un susto de impresión cuando me ataquen mis camisetas y mis mallas limpias con nocturnidad y alevosía. Si pasa, la pena es que no haya nadie para grabarlo.
 
Llega el viernes, y por lo tanto el cambio de horario. La carrera será a las siete y media, como el sábado y el domingo. Si todo sigue tan bien como hasta ahora, igual me animo a dar tres vueltas sin forzar. Será un buen test para saber si en menos de una semana llego a los 200 kilómetros. Todavía me quedarán mil más para volver a casa. Tendré que ponerme serio. Pero no mucho, que tampoco es para tanto.
 
PS: Por cierto, la bandera que sale en la foto es la que me regalaron y dedicaron unos buenos amigos que sé que leerán esto muy pronto. Os tengo muy presentes, os lo aseguro.

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