martes, 25 de junio de 2013

Día 53: con sólo 300 me pilla el toro

Km recorridos (día/total): 6,6/275,8                                   Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/129
 
Estamos organizando una carrera de una milla para el día de San Fermín. No habrá chupinazo, por razones obvias del lugar donde nos encontramos, pero sí camisetas blancas y pañuelos rojos, y el recorrido, que he preparado durante los últimos días, tiene tramos que recorren el interior de la zona de vida, asemejándose en algunos momentos a los de un encierro. Incluso hay quien está preparando una bicicleta con una batería acoplada en el cuadro y dos cables pelados a ambos lados del manillar a modo de cuernos.  Al que pille no lo empitonará, pero el calambrazo va a ser bueno. El ingenio humano no siempre está asociado a buenas ideas. A mí ésta, no obstante, me parece buenísima.
 
Eso será, como digo, para el día 7 de julio, así que todavía faltan casi un par de semanas. De momento, estos últimos días han transcurrido rápidos. Me he estancado en las tres vueltas al circuito. Algunas veces hago dos seguidas, descanso, y luego sigo. En otras ocasiones, sin embargo, el cuerpo me pide parar después de cada giro. Creo que seguiré con esta dinámica hasta que finalice el verano, ya que todavía es muy pronto para empezar a pensar en la temporada próxima, y a las carreras que haya por aquí iré prácticamente con lo puesto.
 
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Esta mañana, mientras corría, me han surgido nuevas ideas sobre ese nuevo proyecto dentro del propio Proyecto 101. Siento decir que todo tendrá que esperar hasta noviembre, pero estoy seguro de que la espera merecerá la pena. En esos momentos en los que las ideas bullen, me dan ganas de coger el teléfono y ponerme manos a la obra pero, lo quiera o no, hay una parte que sólo se podrá completar con el paso del tiempo.
 
Por otro lado, estoy alucinando y encantado de la acogida que está teniendo este Diario de un corredor afgano. Saber que cada día hay un montón de gente que lee estas palabras me da muchos ánimos de cara a seguir escribiendo, aunque muchas veces los días son tan parecidos los unos a los otros que resulta difícil saber de qué hablar. Por fortuna, siempre hay algo que me viene a la mente con el paso de las palabras. Creo que, como lo de correr, será un hábito diario que no abandonaré en lo sucesivo.
 
Hoy he comenzado un curso de Defensa Personal Policial. Ha sido por la tarde, y me tendrá ocupado un par de horas tres tardes a la semana. Es interesante, y a parte de los contenidos propios del curso, que está impartido por dos tíos muy competentes y con los que no se me ocurriría meterme nunca, me ha tocado hacer unas cuantas flexiones. Igual sería también conveniente plantearse retomar el hábito de las flexiones. ¿Nunca lo he contado? Esta entrada ya está casi acabada, pero me guardo el tema para otra tarde menos inspirada.
 
No es demasiado tarde todavía, así que voy a aprovechar para irme pronto a la cama, después de varias noches más cortas que de costumbre. Mañana ya estamos a mitad de semana. En poco más de cinco días habré llegado a los 300 kilómetros y al primer tercio de misión. Lo malo es que 300 no es un tercio de 1200, sino sólo una cuarta parte. Tendré que empezar a correr de verdad si no quiero que me pille el toro. El de los cables pelados, se entiende.

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