miércoles, 19 de junio de 2013

Día 47: ¡Vaya madrugón!

Km recorridos (día/total): 6/227                                         Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/112
 
Cuando a las cinco y cuarto ha sonado el despertador, me he planteado seriamente la posibilidad de seguir durmiendo un rato más y dejar la carrera para una hora más prudente. Luego, he de reconocer que ha sido un acierto encontrar un rescoldo de fuerza de voluntad entre tanta pereza acumulada y, medio dormido, me he puesto las mallas, la camiseta y las zapatillas y he echado a rodar. Eran, concretamente, las cinco y treinta y tres minutos. Antes de venir aquí, creo que no había salido a correr tan temprano.
 
Como andaba un poco justo de tiempo, hoy he dado las tres vueltas seguidas, muy tranquilo, eso sí, y disfrutando de las muchas zonas de sombra que el sol, acariciando aún el horizonte, era todavía incapaz de alumbrar. Por cierto, a esas horas ya hay corredores (no muchos, pero los hay) pisoteando el asfalto afgano.
Herat en 2005.
Herat en 2005.
 
Curiosamente, a las seis y cuarto, cuando me dirigía al trabajo, había gran cantidad de ellos, sobretodo americanos que desde las seis estaban haciendo un poco de trabajo físico en el campo de deportes, seis o siete personas, no más, con la camiseta gris del US Army y pantalones azul marino. No eran un derroche de facultades, pero siempre da gusto ver un grupo homogéneo de gente que hace el esfuerzo de levantarse un rato antes para ejercitarse.
 
El día, con posterioridad, no ha dado mucho más de sí, y eso que ha sido largo de verdad. Esta tarde he pasado de TRX y de swissball y me he dedicado a hacer la colada de mi ropa de deporte, ya que al ritmo de una o dos camisetas y pantalones diarios y con un fondo de armario deportivo extenso pero sin lujos, enseguida me quedo sin ropa que ponerme.
 
Esta noche, al volver a la habitación, me tocará esquivar charcos antes de pasar la fregona, pero al menos tendré un humidificador natural. Por cierto, y cambiando de tema, a ver si mañana me acuerdo y hablo un poco de la "teoría de los cuencos", por petición popular: el sistema más efectivo de pérdida de peso conocido en Herat, y que estoy promoviendo ampliamente entre mis compañeros. ¡Qué pena no tener una báscula!
 
Finalmente ayer, entre una cosa y otra, Mario y Soraya fueron papás de una hermosa criatura, Emma, que no quiso esperar a que su padre volase en el día de hoy hacia España. En cualquier caso, Mario ya está en casa disfrutando de los suyos. Le echamos de menos, aunque está sobradamente disculpado. Además, en el Ciano, la cafetería italiana a la que solemos ir a media tarde, todavía no tienen helados. Y claro, sin helados esto no es lo mismo. Sin Mario tampoco pero, como digo, por esta vez se lo perdonamos :-).

2 comentarios:

  1. Mario llegó bien a casa y estamos disfrutando de él juntos en familia. Gracias por acordarte de nosotros en estos momentos tan bellos y especiales. Si todo sigue bien esta tarde estamos en casa todos juntos. Gracias por hacer q su estancia allí sea más llevadera. Cuidamelo mucho. Un saludo. Soraya

    ResponderEliminar
  2. ¡Muchísimas gracias por tu mensaje, Soraya, y enhorabuena! Espero que disfrutéis mucho de estos días y sobretodo de vuestros peques. No te imaginas lo mucho que me ha alegrado y sorprendido, para ser sincero, tu mensaje. De todas formas, el que nos hace la estancia mucho más llevadera es él a todos nosotros, de verdad.
    Lo dicho, disfrutad a tope.
    Un abrazo enorme para los cuatro.

    ResponderEliminar