sábado, 15 de junio de 2013

Día 43: un gran día

Km recorridos (día/total): 6/203                                        Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/100
 
El día después de la carrera ha sido un gran día. Como hoy es sábado y empezamos a trabajar un poco más tarde, me he quedado un rato más en la cama. Cuando he salido a rodar hacía un sol de justicia y soplaba una brisa muy agradable (a lo largo del día fue creciendo en intensidad), así que he aprovechado para completar tres vueltas a mi circuito favorito de carrera y llegar a los 100 giros y sobrepasar los 200 kilómetros recorridos desde que llegué.
 
Al llegar a la oficina y abrir el ordenador me ha alegrado muchísimo leer los mensajes de dos personas a las que admiro muchísimo, y que me enviaban ánimos a través del blog. No se imaginan lo importantes que son para mí esas palabras de aliento, especialmente en determinados momentos. Tampoco se imaginan lo que les aprecio y lo que me inspiran.
 
En realidad, el día ha sido muy especial por el rato de mediodía que he podido compartir con varias personas a las que hace tan sólo un mes y medio ni siquiera conocía, y que día a día van aportando cosas nuevas y muy valiosas a mi vida. Hoy he disfrutado de la compañía de gente de muy diversa procedencia, de la hospitalidad afgana y de conversaciones muy interesantes al respecto de la situación que vive el país, de los acontecimientos vividos en los últimos años y de las perspectivas que, a pesar de todo, en ocasiones como la de hoy, sentados a una mesa y delante de un exquisito plato de arroz y pasta de cinco verduras diferentes mezclada con carne de ternera, parecen menos terrible de lo que verdaderamente son.
 
Me alegra comprobar que hay, entre las generaciones afganas de mi edad, personas que consideran prioritaria la educación de sus hijas, niñas que viven un presente difícil en el que, sin embargo y a pesar de la alargada sombra de un terrible pasado reciente, existen unas cuantos motivos para la esperanza.
 
comida con JABAR 15JUN2013 (Large)
 
Estoy seguro de que una de las claves del progreso del país reside en el acceso a la educación de las generaciones actuales, niños y niñas, de tal manera que, progresivamente, se vaya introduciendo un matiz cultural que amplíe la visión y las posibilidades de vida de las venideras, algo que a primera vista podría considerarse una tarea relativamente sencilla pero que, lamentablemente, cuenta con infinidad de obstáculos e impedimentos intrínsecos a la propia realidad cultural de un país sumido en el caos social desde hace más de treinta años.
 
Por suerte, hay gente noble que cree que estos avances son factibles y que un futuro distinto y mejor que el actual es posible para sus hijos. Honestamente, me siento muy afortunado de tener la ocasión de conocer a personas como las que me han acompañado en la comida del día de hoy. Son, sin duda alguna, la parte más positiva de esta experiencia afgana. Un tesoro de valor incalculable que muchos, de forma inconsciente y arrastrados por la inercia del día a día, ignoran por completo.
 
Gracias a Casto, Magda, Homayun, Mario y, especialmente, a Jabar y a su esposa por el día de hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario