martes, 18 de junio de 2013

Día 46: arañas de 5 euros

Km recorridos (día/total): 6/221                                         Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/109
 
Cuando he visto el pronóstico meteorológico del día de hoy en Madrid no me lo podía creer: ¡17 grados y lluvia! Seguramente los de allí se quejarán del tiempo que hace a estas alturas de año. Sin embargo, ¡qué envidia! A Herat ha regresado el calor sofocante, exento, eso sí y afortunadamente, de polvo en suspensión, de tal forma que las montañas se pueden ver nítidamente a lo lejos y por la noche el cielo presenta una estampa impresionante, con cientos de estrellas que brillan con fuerza, a pesar de la luna creciente.
 
araña de 5 euros
 
Aquí de momento ni llueve, ni se espera que lo haga en los próximos cuatro meses, así que los días son una sucesión de sol y calor, a veces más, a veces menos. Lo que va quedando claro es que cinco grados arriba o abajo se notan: hoy, por ejemplo, ha empezado a hacer calor nuevamente. De unos plácidos 34 ó 35 grados hemos pasado a rondar los 40. Cuestión de aclimatación: cuando tengamos dos o tres semanas de 45 grados o más, lo de hoy parecerá un plácido día primaveral.
 
Así las cosas, esta mañana he vuelto a rodar tranquilo, con las piernas algo cargadas, ya que ayer estuve nuevamente con el TRX liado y no contento con ello, me encontré con 17 escalones que me entretuve en subir tres veces a la pata coja con cada pierna. Es un muy buen ejercicio de fortalecimiento de todo el tren inferior, pero sin estar acostumbrado me ha dejado las piernas buenas. En cualquier caso, creo que lo voy a incorporar a mi rutina semanal de ejercicios en medio natural para mejorar la potencia de piernas, algo que me ayudará sin duda a mejorar las prestaciones en carrera.
 
De todos modos, y aparte de los ejercicios de ayer, hoy he amanecido muy cansado, con lo que no me ha venido mal dedicarme a simplemente rodar. Al fin y al cabo, se trata de ir sumando día a día. Me parece mentira que, casi sin darme cuenta, esté a punto de alcanzar los 250 kilómetros recorridos desde mi llegada. Dicho así no parecen muchos, pero el día a día no es fácil, sobretodo en determinados momentos. Al final, el único que sale todas las mañanas soy yo. No quiero ni pensar en cómo será el último día, cuando alcance los 1200 kilómetros y más de 600 vueltas.
 
Estoy aquí, terminando de escribir esta post, sin saber muy bien como encajar la araña del tamaño que se ve en la foto en estas líneas, y entra Mario para decirme que su mujer, Soraya, está de parto. Qué mejor manera de finalizar que deseándole a la pequeña Emma lo mejor del mundo. ¡Y un abrazo muy fuerte a Soraya! (al padre lo tengo por aquí dando vueltas nerviosito perdido...).

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