jueves, 20 de junio de 2013

Día 48: la tontería de los cuencos

Km recorridos (día/total): 6,6/243,2                                         Vueltas dadas al perímetro (día/total): 3/115

"¡No supe comprender nada entonces! Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras. ¡La flor perfumaba e iluminaba mi vida, y yo jamás debí huir de allí! (...) ¡Son tan contradictorias las flores! Pero yo era demasiado joven para saber amarla".

El principito, Antoine de Saint-Exupery

Esta mañana se me ha ocurrido llevarme mi GPS de pulsera, el Garmin Forerunner, para medir el circuito en el que llevo corriendo desde que llegué. Tenía mis sospechas de que eran algo más de dos kilómetros, y he comprobado que estaba en lo cierto: dos kilómetros y doscientos metros.

De repente, haciendo cuentas de las vueltas que he dado desde el día en que salí por primera vez del merlón e inauguré este recorrido, me he encontrado con que llevo casi once kilómetros más de los que creía. No son muchos, pero los he pateado yo, así que tampoco es cuestión de que caigan en el olvido. Sumados quedan. Mañana llego a los 250 kilómetros sin falta.

Por lo demás, el día ha amanecido con gratas sorpresas, en forma de personas que se toman unos minutos para enviar, a través del blog, unas cuantas palabras de ánimo que siempre son de agradecer y que me hacen sentarme por la tarde aún con más ganas de escribir esta pequeña historia en que se ha convertido el Diario de un corredor afgano.

cuencosEn fin, ayer dije que hoy iba a hablar brevemente de mi "teoría de los cuencos", algo de lo que ya escribí hace unas jornadas. En realidad, es una tontería (a lo mejor, debería decir mi "tontería de los cuencos"), una obviedad relacionada con la cantidad de comida que ingerimos diariamente. Creo firmemente que comemos de más. Nos hemos acostumbrado a una sobreingesta de calorías que, en la mayoría de los casos, no necesitamos. Así, nos resulta difícil controlar nuestro peso, sencillamente porque nuestros niveles de actividad, incluso en aquellos que practican deporte regularmente, no se corresponden con la realidad de lo que comemos.

Por ello, nuestro balance calórico, o como sea que se llame técnicamente la relación entre las calorías que ingerimos y las que consumimos, está frecuentemente en desequilibrio, de tal manera que nuestro metabolismo tiene que adaptarse de alguna forma para quemar al menos parte del exceso de calorías que ingerimos. Así, aunque hagamos deporte es difícil perder esos kilos de más.

Lo que yo hago es reducir la cantidad de comida, y qué mejor manera de hacerlo, al menos para mí, que pasar de utilizar platos a usar cuencos, donde sólo cabe, por ejemplo, un cucharón de sopa, o una porción de pasta o arroz. Lo decía una vez el gran Karlos Arguiñano en un programa: la dieta CLM (Come la Mitad). Comemos de más. De eso estoy seguro. Al principio cuesta un poco, porque uno se queda con sensación de hambre, pero pronto el cuerpo y el cerebro (visualmente, tenemos un plato lleno delante, y esa es la información que recibe) se acostumbran a las nuevas cantidades.

En cualquier caso no soy, ni mucho menos, un especialista en nutrición, ni tengo aspiraciones de llegar a serlo. Este sistema me funciona a mí (ya me voy conociendo después de tanto tiempo), pero seguramente no sea el que recomiendan los profesionales del sector. Puede también que no sea el más adecuado según para quién o en función de determinado nivel de actividad. Así que si estás pensando que quieres controlar tu peso o reducirlo, es mejor que acudas a un especialista en nutrición que te dé las pautas oportunas en base a sus conocimientos y experiencia.

La "teoría de los cuencos" es sólo una idea poco original desarrollada a más de 6000 kilómetros de mi casa en unas condiciones anormales de humedad y temperatura (hoy otra vez cuarenta y dos grados y un seis por ciento de humedad relativa), para llenar mi cuadragésimo octavo día de estancia en Herat.

PS. Hoy para terminar quiero enviarle mis mejores deseos de recuperación a Jesús Manzanares, el gran atleta que se impuso el viernes en la carrera aniversario del US Army. Las lesiones son una parte desagradable de nuestro recorrido. Espero que te recuperes pronto y bien. Prefiero mil veces un rival en forma y en la pista a uno lesionado.
Jesús Manzanares, en la carrera aniversario del US Army, en una estupenda foto de Casto Martínez
Jesús Manzanares, a la derecha, en la carrera aniversario del US Army, en una estupenda foto
de Casto Martínez

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