martes, 11 de junio de 2013

Día 39: todos en el mismo saco

Km recorridos (día/total): 2/178                                                 Vueltas dadas al perímetro (día/total): 1/89

"El mismo suelo que piso seguirá, yo me habré ido, rumbo también del olvido..."
Jorge Drexler, Milonga del moro judío
blogAyer terminaba la entrada diciendo que muchos se empeñan meter a todo un país en un mismo saco, cuando es sencillamente imposible. Tendemos a generalizar lo individual, y a individualizar lo general, de tal manera que cometemos el error de juzgar a unos por los pecados de otros, a la vez que consideramos a aquellos, en cualquier caso, potenciales pecadores por el simple hecho de pertenecer a una estirpe, a una raza o a un pueblo concreto.
Hasta aquí, y de momento, puede llegar mi reflexión sobre cómo se tiende a considerar al afgano según una serie de patrones de conducta y comportamiento prejuiciosos, sin que uno se pare a pensar que detrás de cada persona hay una vida y, lo que es más importante, unas circunstancias de vida particulares que, en cualquier caso, han condicionado la existencia del individuo en cuestión.

En algunos momentos me planteo lo difícil que será para mí despedirme de mucha gente dentro de unos meses. Me niego a pensar que todo afgano que me regala una sonrisa o un gesto amable lo hace porque espera un beneficio material a cambio. No, no puede ser así. Estoy seguro de que, en la mayoría de los casos, hay mucho más que eso.

CIMG4586Tal vez espera una sonrisa sincera y un apretón de manos firme y honesto que en muchos casos negamos con condescendencia y un estúpido sentimiento de superioridad racial, como si nosotros, occidentales de pro, hubiésemos sabido batallar de otra manera mucho más civilizada de haber tenido la ocasión de patear estas tierras polvorientas, áridas y hostiles, durante siglos asediadas por el enemigo invasor.
En fin, que como digo, aquí finaliza mi pequeña e íntima reflexión, que es posible que en nada se corresponda con la realidad absoluta, sino con una visión particular y sesgada de la misma como la mía. Ayer volví a irme a dormir muy tarde (tengo que aprender a escribir mi entrada del blog antes de las ocho...), y esta mañana he preferido quedarme un rato más en la cama y levantarme a rodar únicamente un par de kilómetros y pico. Mis piernas, después de toda la carga extra de ayer, han agradecido cierta tregua.

Ha comenzado a soplar, parece ser, el viento de los 120 días. Pero de eso hablaré en otra ocasión (si las predicciones son acertadas, me quedan muchos días por delante para poder hacerlo). De momento, sólo os puedo adelantar que de las montañas que hace días flanqueaban en la distancia un buen tramo de mi circuito de carrera sólo queda una fina línea que se adivina en el polvo. Poco más.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en lo que dices. Yo habría ido más lejos en mis comentarios, pero pareces una persona moderada y sensata. Me gusta tu blog. Enhorabuena.

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  2. Muchas gracias! Me alegro de que te guste el blog. Un saludo.

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